Vivimos en un mundo que muchas veces nos lleva a un ritmo frenético, olvidando por el camino esos momentos singulares y los detalles significativos que realmente podrían hacernos sentir plenos. En este mar de obligaciones y ejercicios multitarea, experimentar la melancolía y permitirse ser vulnerable puede ser una necesaria pausa para replantear nuestra conexión con la vida.
Tuvimos una consulta médica particularmente reveladora. La pediatra, con una sensibilidad digna de un maestro zen, atendió el caso de una madre en proceso de separación. Lejos de enfocarse solo en los aspectos físicos de sus pequeños pacientes, tocó fibras emocionales, resaltando la importancia de enfrentar nuestros sentimientos y no evadir esa carga emocional, tanto en adultos como en niños. Porque, aceptémoslo, decir que la vida a veces se queda corta en dulzura es una de las verdades más grandes de la humanidad. ¿Y por qué no habríamos de decírselo también a los más pequeños?
Nuestra sabiduría colectiva a menudo nos recuerda que sentir es humano y necesario. Como bien recomendó la pediatra, allí estaba la urgencia de permitirse sentir esas emociones, aunque a veces pesen más que una enciclopedia antigua. Y si la cosa se pone fea, no hay nada condenable en pedir ayuda. En este mundo donde muchas veces sucede que levantamos la ceja ante la palabra psiquiatra, desmitificar el tratamiento psiquiátrico es como quitarle el disfraz al villano de una película. Los psiquiatras no son más que esos superhéroes que, con bata en lugar de capa, están entrenados para batallar en el campo de la salud mental.
Podríamos rematar este texto hablando del poder del acompañamiento. De cómo al estar presentes para esos que lo necesitan, les tendemos la mano más valorada en los momentos difíciles. Es, de cierta manera, lo que nos hace humanos, esa capacidad de estar ahí a pesar de las dificultades.
Así que, si alguna vez sientes que necesitas pararte, sentir y quizás buscar ayuda, no te detengas. Por el contrario, da ese paso. En JeiJoLand creemos firmemente que el aprendizaje también viene de experimentar y disfrutar. Ven y descubre cómo el aprendizaje mediante la diversión puede cambiar nuestra perspectiva. ¡Te esperamos!