JlA 8×14 La historia detrás de la escala de Beaufort

La escala de Beaufort fue creada por Sir Francis Beaufort entre mil ochocientos cinco y mil ochocientos siete para medir la fuerza del viento. Imagínense a Beaufort en la Royal Navy, anotando en su diario las travesuras del viento en alta mar. Su objetivo: eliminar las descripciones subjetivas de las condiciones climáticas y lograr un sistema estándar. En su primera versión, la escala tenía trece fuerzas, desde la calma hasta una tempestad digna de película de acción.

Con una visión que le hacía falta a cualquier gramófono de la época, Beaufort simplificó su creación a doce fuerzas. Atrás quedó la fuerza cero, y por supuesto, una etapa adicional. Incorporó descripciones sobre cómo el viento afecta la navegación. Nada de usar palabras rimbombantes como «brisa bravucona». Además, cada fuerza se correspondía con el tipo de vela y la velocidad a la que un barco podía navegar. Al fin, el viento tenía una especie de DNI meteorológico.

Hoy en día, la escala de Beaufort sigue en uso. Meteorólogos y marineros le tienen cariño, aunque han adaptado sus versiones para el uso en tierra. Imaginemos los árboles bailando o las estructuras silbando con cada intensificación del viento. La escala es como la hojita de trucos que necesitamos para entender los caprichos del aire.

Para gamificar esta información, podríamos crear un juego de mesa donde cada jugador navega con un barco de papel y debe enfrentar diferentes fuerzas de viento, utilizando la escala de Beaufort para tomar decisiones estratégicas y llegar al puerto sano y salvo.

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