JlA 7×91 La compleja relación entre raza y religión a través de la historia

En el año dos mil veintiuno, se descubrieron fosas comunes con más de doscientos niños indígenas en el antiguo colegio residencial Khamloops en Canadá.

Este hallazgo es parte de un triste capítulo de la historia en el que miles de niños indígenas fueron forzados a experimentar abusos físicos, sexuales y espirituales en instalaciones controladas por iglesias y respaldadas por el gobierno.

Este sistema es producto de una estructura de poder racista que separó a los niños de sus familias y los sometió a condiciones inhumanas.

A lo largo de la historia, el concepto de raza ha sido manipulado por aquellos en el poder para mantener intereses específicos.

Aunque la raza es un constructo social sin base biológica, ha servido para agrupar a las personas en función de características como el color de piel, la cultura y la religión.

Esta noción ha sido redefinida con frecuencia para favorecer la desigualdad a través del tiempo.

Un ejemplo histórico es la doctrina de descubrimiento promulgada por el Papa Alejandro VI en el siglo quince.

Este documento legitimó la colonización europea bajo el pretexto de considerar a los pueblos no cristianos como «incivilizados».

Esta ideología ha dejado una huella en el sistema legislativo de Estados Unidos, viéndose reflejada en un fallo de mil ochocientos veintitrés que otorgaba derechos de propiedad a colonos blancos sobre las tierras ocupadas por nativos americanos.

La relación entre raza y religión sigue siendo un binomio complejo.

Se ha observado cómo estas categorías han influido en la exclusión de inmigrantes musulmanes de la ciudadanía en Estados Unidos, sobre todo tras el once de septiembre, cuando numerosos musulmanes fueron objeto de vigilancia por motivos raciales.

A pesar de ser un tema sombrío, existen esfuerzos por sanar las comunidades afectadas.

En dos mil quince, Canadá inició un proceso crucial de recopilación de testimonios relacionados con el sistema escolar residencial. Este proceso ayudó a reconocer los traumas que han pasado de generación en generación y facilitó la reivindicación cultural de las comunidades afectadas.

La historia entre la raza y la religión pide ser comprendida no solo para abordar las injusticias actuales sino también para reconocer el valor positivo de las identidades raciales y religiosas.

Como propuesta de gamificación para abordar esta temática, podemos organizar un juego de rol en el aula.

Los participantes asumirán la identidad de personajes históricos afectados por estas políticas para experimentar en primera persona los desafíos y resistencias que enfrentaron.

Esto no solo fomentará la empatía, sino que ayudará a comprender mejor las implicaciones de las políticas raciales y religiosas en el pasado y en la actualidad.

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