¿Alguna vez te has preguntado cuán rápidas son realmente las computadoras? Si así es, estás de suerte, porque hoy vamos a hacer un fascinante viaje comparativo entre lo que tardamos los humanos y lo que tardan estas máquinas en realizar tareas similares. Prepárate, porque puede que te sorprendas.
Comencemos por lo básico: sumas y operaciones aritméticas. Mientras que a nosotros nos puede llevar un par de segundos sumar manualmente, las computadoras lo hacen en nanosegundos, o como quien dice, en lo que nosotros tardamos en parpadear varias veces. Si esto te deja con la boca abierta, espera a que conozcas el resto.
Ahora, recuerda esos días en los que intentas leer un capítulo de un libro y te distraes con cualquier cosa. Pues bien, las computadoras no tienen ese problema (a menos que seas tú quien las interrumpe). Ellas pueden leer datos de la memoria en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, cuando se enfrentan a leer datos del disco duro, la cosa cambia. Esto se traduce en algo así como cuando intentamos encontrar la última camiseta que compramos y no sabemos dónde la guardamos. Aquí, las tecnologías como las memorias caché actúan cual azafatas de vuelo orientándonos hacia la salida más cercana.
Para visualizarnos esta velocidad, pensemos en una analogía de ‘tiempo humano’. Si una computadora realiza operaciones básicas en nanosegundos, y nosotros logramos replicar esta capacidad (hipotéticamente hablando), seríamos los nuevos superhéroes de Marvel. Pero como no es así, lo más seguro es que sigamos admirando la magia de la tecnología.
Pero no perdamos de vista una cuestión fundamental: esta velocidad, aunque impresionante en sí misma, se traduce en eficiencia y rendimiento óptimos gracias a la combinación de múltiples factores tecnológicos. Y aquí es donde deberíamos aplaudir a las memorias caché y otras herramientas que ayudan a que la transferencia de datos sea un paseo (rápido, por supuesto).
¿Y si aplicamos esta idea de forma lúdica? Imaginemos una actividad en la que hablamos la velocidad de los animales. Comparamos la inteligencia de un guepardo, que puede llegar a correr a velocidades impresionantes, con la de las computadoras. Algo así como «El Gran Reto del Guepardo Digital» en el que cronometremos varias tareas simples y compitamos por equipos: un equipo intenta realizarlas a la velocidad de un guepardo, mientras que el otro se apoya en la herramienta más rápida que tenga a mano. Veremos cómo surgen risas y uno que otro ‘¡Ah!’.
Esperamos que estas comparaciones te hayan permitido ver las computadoras desde una nueva perspectiva. Si quieres seguir explorando el divertido mundo del aprendizaje a través del juego, ven con nosotros a JeiJoLand, donde siempre hay algo emocionante por descubrir.