La discusión sobre lenguajes de programación favoritos siempre es fascinante, pero ¿qué hay de los menos favoritos? Distintos expertos en programación han compartido sus opiniones sobre aquellos lenguajes que les generan más dolores de cabeza que alegrías. Entre las razones se encuentra la característica de hoisting en JavaScript. Este fenómeno puede ser tan confuso como intentar explicarle a tu abuela qué es el metaverso. Pero no es el único villano; PHP también sale a relucir, siendo tildado de anticuado y poco útil.

Y para aquellos que gustan de un diseño minimalista, Lisp, con su tendencia a la excesiva anidación de paréntesis, puede parecer estar en un concurso de ver quién abusa más del «abrir y cerrar».

Los lenguajes no tipados como JavaScript o Python también suelen hacer correr ríos de tinta (digital), ya que la detección de errores en tiempo de ejecución no es del agrado de quienes valoran su tranquilidad. Muchos prefieren la seguridad de un tipado estático que les permita dormir como un bebé, sabiendo que el código no les traerá sorpresas desagradables.

Además, hay quienes tienen recuerdos de COBOL. Sí, ese lenguaje empresarial viejo, tan longevo como las películas en blanco y negro, pero que aún se encuentra trabajando como un veterano incansable en algunos sistemas.

Nos planteamos un reto divertido para aplicar esta discusión en un entorno de aprendizaje: ¿Qué tal si creamos un taller de debate «Lucha de Lenguajes» en el que cada persona defienda o ataque un lenguaje? Será una manera divertida de aprender y desarrollar el pensamiento crítico.

Ahora que hemos compartido nuestras inquietudes lingüísticas, es hora de transformar la curiosidad en acción. Visita JeiJoLand, donde el aprendizaje se convierte en un juego.