¿Quién diría que un puñado de cuadrados alineados de maneras diferentes podría causar tanta intriga matemática? Así es el mundo de los poliominós, esas formas que nacen al unir cuadraditos en un danzante juego geométrico. Todo comenzó para nuestro narrador cuando, a la tierna edad de catorce años, tropezó con los pentominós en su lectura: cinco cuadrados que desatan un sinfín de combinaciones. Algo de lo más adictivo para quien ama los retos matemáticos.
Ahora, ¿qué ocurre cuando queremos aumentar el número de cuadrados? Se alborota la curiosidad y surge la gran pregunta: ¿existe alguna fórmula secreta que nos diga cuántos de estos amiguitos tendremos dependiendo de los cuadrados? Perdón por la pausa dramática, pero aún no hay tal fórmula. Así que, si estabais planeando convertiros en el nuevo genio de las mates, generando todas las formas posibles sin romperos la cabeza… siento deciros que la ciencia aún no ha dado con esa varita mágica.
Aunque se han catalogado muchísimas de estas formas, incluyendo algunas con nombres que parecen sacados de una serie de superhéroes, como los hexominós o heptomínos, el gremio matemático no ha podido aún definir una fórmula general que prediga la cantidad exacta de formas al experimentar con más cuadrados. Las incógnitas se amontonan y, lo que es peor, el misterio crece cuando se trata de determinar el valor exacto de una constante límite, esa que dictaría cuán rápidamente el número de poliominós crece conforme aumentamos el número de cuadraditos.
Pero no todo está perdido. Pensemos en estos pentominós como piezas de un delicioso puzle tridimensional que podemos crear con cartulinas o incluso en un entorno digital para darles vida en la pantalla. Imaginad una clase de matemáticas donde cada equipo deba presentar sus propias combinaciones, compitiendo entre sí para ver quién logra más figuras en un tiempo límite. Es una fantástica forma de aplicar el juego a esta teoría compleja, fomentando tanto la colaboración como el pensamiento creativo en el aula.
Así que, mientras esperamos que algún avezado matemático encuentre un patrón oculto, ¿por qué no unirnos a la comunidad de JeiJoLand? Con nuestra filosofía de aprender jugando, podemos acercarnos más al fascinante mundo de los poliominós. Visítanos y descubre que las matemáticas también saben a diversión.