Imagina el universo como un libro infinito lleno de aventuras y misterios, pero como todo libro, podría llegar a su fin. En nuestro último capítulo del podcast, nos hemos adentrado en las posibles formas en que este inmenso teatro cósmico podría cerrar el telón. Antes de que empieces a mover tus cosas a Marte, échales un vistazo a las posturas más intrigantes sobre el destino final de todo lo que conocemos.
La primera teoría que analizamos es el temido «Big Crunch». ¿Qué pasaría si la energía oscura decide lanzar una marcha atrás? En ese caso, el universo dejaría de expandirse y comenzaría a contraerse. Imagínate todo el cosmos siendo poco a poco arrastrado hacia un abrazo apretado, calentándose por el camino hasta que sus moléculas sientan el calor de un día de verano en Málaga.
En el otro lado del espectro, tenemos la posibilidad del «Heat Death». Aquí, la energía oscura hace honor a su nombre y sigue empujando sin parar. Así, el cosmos podría expandirse hasta que todo se disperse como granos de arena en el viento hasta alcanzar un sombrero aburrido estado de máxima entropía. Spoiler: en este universo, el aburrimiento sería la norma, ya que no ocurriría ningún evento significativo.
Luego, está el «Big Rip» donde la energía oscura se convierte en un rebelde sin causa. Aumenta hasta empezar a desmembrar galaxias, planetas y, en definitiva, todo lo que encuentres en el espacio exterior. La estructura del universo se descompone como ese puzle de mil piezas que nunca acabas.
El «Vacuum Decay» es otra opción sacada directamente de las pesadillas científicas. Basada en la teoría del campo de Higgs, sugiere que podríamos estar viviendo en una burbuja que en cualquier segundo, y mediante una travesura cuántica, podría quedar anulada. Todo desaparecería tan rápido como un truco de magia en un espectáculo de Las Vegas.
Por último, la carta cíclica en la mesa: «Cyclic Cosmologies». Esta teoría sostiene que nuestro universo podría jugar al yo-yo, contrayéndose y expandiéndose una y otra vez. La idea es que algo de la colección de experiencias universales pasadas podría colarse dentro de un nuevo inicio, un universo restaurado y listo para otra ronda.
A pesar de estos potenciales finales, no debemos engancharnos demasiado en las sombras del destino cósmico. El aquí y el ahora son lo que realmente cuentan, encontrando significado en nuestra existencia a través de la familia, el amor y la conexión humana. No hace falta saber cómo termina el libro para disfrutar del capítulo en el que estamos viviendo.
Así que, mientras los científicos nos mantienen al día sobre el futuro incierto del cosmos, sigamos reservando nuestro tiempo para JeijoLand. Allí, aprender divirtiéndose es más seguro, ¡y definitivamente más alegre, que preocuparse por pancartas cósmicas de «The End»!