Todos hemos escuchado hablar sobre personas que, a pesar de desear relaciones significativas, parecen huir de la intimidad como si fuera un gato en un día de lluvia. Este comportamiento, conocido como «evitante», puede ser la respuesta a experiencias pasadas con cuidadores que no estuvieron a la altura de las expectativas. Imagina crecer pensando que la cercanía de los demás viene con un precio elevado; no es de extrañar que estas personas vean la soledad como un refugio seguro.

Aunque parezca una paradoja, muchas veces los evitantes desean la intimidad, pero en su ejecución propia, se sienten como en una montaña rusa emocional que preferirían evitar. Así, se vuelven eficientes en muchos otros aspectos de la vida, pero ante el amor, se topan con un gran desafío.

La buena noticia es que de reconocer su comportamiento evitante hay sólo un pequeño salto hacia la autoconciencia, que no voy a decir que es la panacea, pero sí que ayuda bastante. Esta toma de consciencia les brinda la oportunidad de decir a sus seres queridos: «Oye, tengo un problema aquí, pero me esfuerzo por lidiar con él». Tal honestidad puede ser una base sólida sobre la que construir una relación que, aunque quizás complicada, también es más comprensiva y menos abrumadora.

La aceptación de nuestras luchas emocionales, comunicarlas claramente, y trabajar activamente en uno mismo es como esa poción mágica que transforma relaciones complicadas en oportunidades para crecer juntos. El miedo al amor y la intimidad puede parecer un dragón difícil de derrotar, pero con compromiso y honestidad, los patrones evitantes pueden ser desmantelados. Quizás, después de todo, alcanzar su final feliz implica una buena dosis de valentía emocional y una pizca de buen humor.

Si sientes que el camino del amor es un pelín complicado, te invitamos a descubrir JeiJoLand, un lugar donde aprender es tan divertido como abrir una caja de sorpresas. ¡Y quién sabe! Tal vez aprender mediante la diversión sea la clave para transformar esas relaciones evitantes en una experiencia amorosa más reconfortante.