Imaginad por un momento un universo que empieza completamente vacío. Puede sonar a argumento de película de ciencia ficción, pero es un concepto real en el mundo de la física, especialmente cuando se habla del nacimiento del universo. Aquí, desentrañaremos el misterio de cómo nuestro universo pasó de parecer un lugar desolado y frío a estar lleno de las partículas que componen la realidad tal y como la conocemos hoy.
El viaje comienza con uno de los conceptos más intrigantes del cosmos: la inflación. Este término no se refiere a los precios del supermercado, sino a una fase de expansión vertiginosa que ocurrió al principio de todo. Imaginad un trozo minúsculo del universo a punto de estallar desmesuradamente, como si fuera un globo al que no paran de darle aire. El resultado: un universo plano y homogéneo, pero completamente vacío de materia. Sí, como un salón de baile sin bailarines.
Aquí es donde entra la magia del recalentamiento, un proceso que añade la intriga necesaria para que la historia del universo sea realmente fascinante. Tras la expansión inflacionaria, el universo quedó hecho un sitio frío y despoblado. Sin embargo, el recalentamiento trajo consigo un renacimiento. El campo inflatón, responsable de esa rápida expansión, se puso a oscilar. Estas oscilaciones del campo fueron fundamentales, ya que transformaron esa vastedad vacía en un hervidero de partículas vivientes.
Este proceso de recalentamiento puede suceder de manera perturbativa – vamos, como una gotera en la azotea, trabajando poco a poco – o de una forma más espectacular y eficaz llamada resonancia paramétrica, que se carga rápidamente de partículas, como si estuviésemos en una fiesta sorpresa.
Las oscilaciones del campo inflatón dieron lugar a la creación de condensados como los oscilones, que en lugar de desaparecer de inmediato, se mantenían un rato más para luego desintegrarse en partículas tan familiares como los electrones y fotones. Ese es el preciso momento que marca el inicio del Big Bang caliente, donde la materia empezó a asentar sus bases para formar todo lo que vemos en el universo, desde estrellas titilantes hasta nuestro querido planeta.
Descifrar estos procesos no solo ayuda a entender nuestro origen, sino que también plantea nuevas y vibrantes preguntas sobre el enigmático campo inflatón, sobre sus condiciones iniciales y la manera en que influyó en las estructuras que observamos hoy en el cosmos.
Así que si alguna vez os preguntasteis cómo una vasta nada se transformó en el universo que nos rodea, esperemos que este viaje por el origen de las partículas arroje un poco más de luz sobre el acertijo cósmico. Y si os queda el gusanillo del conocimiento, os invitamos a seguir explorando el aprendizaje a través de la diversión en JeiJoLand, donde siempre hay algo nuevo por descubrir.