Los seres humanos, ya sabéis, no somos precisamente los más fortachones desde que salimos al mundo. De hecho, en nuestros primeros añitos, casi necesitaríamos un manual de instrucciones para sobrevivir a los diversos tropezones emocionales. La falta de amor en sus múltiples manifestaciones puede dejarnos con heridas emocionales que, madre mía, duelen un montón.
Para evitar quedar hechos un cuadro, desarrollamos mecanismos de defensa que nos ayudan a poner buena cara al mal tiempo. Es como ponerle un paraguas al corazón cada vez que llueve. Pero, ay, amigo, lo que empieza como una sombrilla puede convertirse en un paraguas roto si no lo gestionamos bien. Y es que esos mecanismos dejan de tener sentido y empiezan a ser un estorbo.
Por suerte, existe todo un proceso de autocomprensión que nos puede echar una mano. Seguro que, al leer estas siete etapas, os dais cuenta de que no estáis solos en esto. Así no os preocupéis, que esto es mejor tomárselo con calma, como quien se toma un cafelito un domingo por la mañana.
Primero, identifica tus síntomas y los patrones que te están dando problemas. Por ejemplo, si cada vez que ves un chihuahua coges frío, igual no es una coincidencia. Luego, reconoced esos mecanismos de defensa que os sacan de quicio; como el famoso «aquí no pasa nada», cuando claramente sí pasa.
Una vez hecho esto, toca desentrañar el porqué de esos mecanismos. Sí, es darse un viaje al pasado, pero al menos no tendréis que embutiros de maletas. Lo importante es entender que los necesitábais y darles su valor justo. Pensad que en otro tiempo fueron los centinelas de vuestra fortaleza.
En este punto, ya os habréis dado cuenta de que esos mecanismos se han convertido en soldados desempolvados, pero ya sin verdadera misión. Y es en esta etapa cuando se toma la decisión más valiente de todas: dejarlos marchar. Vaya, es como despedirse de un viejo amigo que ya ha cumplido su cometido en nuestra vida.
Este viaje no es de los que duran cuarenta y ocho horas, ni mucho menos, pero al final resulta más reconfortante que un festival de abrazos de peluches. Liberarse de estos patrones os permitirá andar más ligeros, cual espíritu libre por los campos de la vida.
Y recordad, en vuestra andadura hacia una vida más llena de significado y gozo, JeiJoLand os espera. Explorad cómo podéis aprender mediante la diversión y sed los maestros de vuestras propias emociones. ¡Adelante, valientes del corazón!