Un objeto interestelar acaba de unirse al vecindario cósmico: el tres i atlas, el tercero de su clase. Su trayectoria hiperbólica indica que nos visitará y seguirá su camino sin volver.
Qué es y por qué importa. Procede de fuera del sistema solar y viaja tan rápido que la gravedad del Sol no lo atrapará. Estos visitantes son cápsulas del tiempo que traen pistas sobre cómo nacen y evolucionan los sistemas planetarios en otros rincones de la galaxia.
Cómo lo vimos. El survey ATLAS, diseñado para cazar cuerpos que pudieran cruzarse con la Tierra, lo detectó como un punto en movimiento. Estaba en la región de Sagitario, un campo abarrotado de estrellas, lo que complicó el aviso temprano y añadió dificultad al seguimiento.
Qué sabemos de su órbita. La velocidad y la forma de su trayectoria confirman el carácter hiperbólico. En octubre rozará la órbita de Marte, aunque para nosotros quedará oculto por el resplandor del Sol. Aun así, distintos observatorios intentarán exprimir ventanas de observación para tomar espectros y medir su brillo.
Qué podríamos aprender. Si logramos capturar su espectro, podríamos confirmar una química distinta, con mucho oxígeno y poco carbono. Esa huella ayudaría a comparar su material con el de cometas y asteroides locales. Además, su movimiento inusual sugiere que puede venir de una corriente estelar estrecha formada en etapas muy tempranas de la Vía Láctea, quizá cerca del bulbo galáctico.
Cuántos hay ahí fuera. Hasta ahora hemos encontrado solo tres visitantes de este tipo, pero los modelos dicen que son muchísimos. Un observatorio de próxima generación podría detectar hasta cincuenta en los próximos años. Cuesta verlos porque sus trayectorias son complejas y las oportunidades de observación breves, pero el premio científico compensa el esfuerzo.
Propuesta de juego: organizamos un bingo interestelar con casillas como localizar su posición simulada en una aplicación, identificar la constelación de paso y compartir una curiosidad. Sumamos puntos y anunciamos el logro en la siguiente sesión.
Para seguir aprendiendo con buen rollo y curiosidad, visitemos JeiJoLand.