JlA 8×52 El mapa que decidió el Día D

Un mapa del tiempo cambió una guerra. El mapa meteorologico del dia d reveló una breve ventana de mejora que permitió a los aliados desembarcar el seis de junio de mil novecientos cuarenta y cuatro tras aplazar la fecha prevista.

Para aquel asalto anfibio necesitábamos mareas y luz correctas, oleaje manejable, vientos moderados y nubosidad que no cegara a pilotos ni observadores. La ventana ideal apuntaba al cinco de junio, pero el Atlántico no coopera con calendarios y nos obligó a esperar.

En la madrugada del día previsto, frentes fríos activos bajaban desde el Atlántico norte, con bajas presiones profundas. Los vientos arreciaban, el oleaje se volvía traicionero y las nubes bajas recortaban la visibilidad. Las lanchas de desembarco y los aviones de apoyo lo habrían pasado mal, y el riesgo de dispersión era enorme.

Al día siguiente se abrió una ventana de tiempo mejor, no perfecta. Vientos algo más flojos, nubosidad rota y una marea útil ofrecieron condiciones suficientes para intentarlo. Marginal, sí, pero aceptable si queríamos sorprender al enemigo.

El papel de James Stagg fue clave. Como meteorólogo jefe, comparó informes de tres equipos, discutió escenarios y defendió el aplazamiento al seis de junio ante Eisenhower. No tenía certezas, tenía probabilidades. Nosotros, en su lugar, habríamos sudado la gota fría.

La ventaja aliada no fue solo humana. Reuníamos datos de estaciones en Islandia e Irlanda, barcos mercantes y aviones, y además inteligencia procedente de la ruptura de Enigma que mejoraba la cobertura sobre el Atlántico. Los alemanes, con menos observaciones, estimaron que el mal tiempo seguiría y bajaron la guardia.

Por eso el mapa de la madrugada del día cinco es tan importante. Sobre ese lienzo de frentes, isobaras y reportes de mar se tomó la decisión de esperar y golpear cuando el mar nos dio un respiro. En la práctica, el mapa meteorologico del dia d fue una herramienta de decisión en equipo, no una bola de cristal.

Propuesta de juego: repartimos un mapa simplificado con frentes y viento, damos un minuto para decidir si zarpar o aplazar, y luego comparamos con la elección histórica.

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