¿Quién no ama un buen unboxing? Pero este no es el típico del gadget de última generación, sino de alimentos temáticos relacionados con el misterioso y fascinante Festival de los Fantasmas en China. Este evento, celebrado durante el séptimo mes lunar, combina tradiciones, espiritualidad y un toque de superstición que no deja a nadie indiferente. Durante el festival, la gente honra a los espíritus ancestrales con ofrendas que incluyen comida y dinero en papel. Esta tradición tiene como propósito mantener a los fantasmas contentos, especialmente porque nadie quiere encontrarse con un espectro vengativo por falta de atención, ¿verdad?
Hablando de espiritualidad, es interesante cómo menos de la mitad de los adultos en China afirma creer en alguna deidad. Sin embargo, la mayoría no se identifica formalmente con ninguna religión, algo que tiene raíces en la historia reciente del país. Durante el régimen de Mao Zedong, las prácticas religiosas fueron suprimidas, dejando huellas hasta la actualidad. Aun así, las prácticas religiosas y filosóficas han encontrado formas de persistir, alimentadas por un calendario lunar repleto de significados. Entre ellas destacan el confucianismo, el budismo y el taoísmo.
El confucianismo, inspirado por Confucio, promueve valores de piedad filial, humanidad y propriedad ritual. Aunque algunos consideran que tiene tintes religiosos, en general muchos lo ven como una filosofía más racional que espiritual. Este pensamiento estableció un marco ético que incluso fue adoptado por el gobierno allá por la dinastía Han.
Por otro lado, el taoísmo, fundado por Lao Tzu, se centra en la armonía con el Dao, esa energía cósmica que todo lo une. Aunque el taoísmo incluye rituales y ofrendas a los espíritus, muchos de sus practicantes no se identifican como taoístas de manera formal. Este fenómeno, junto con el confucianismo, ilustra bien la forma difusa y fluida en la que la religión y la espiritualidad se viven en China.
Y no podemos olvidarnos de lo que se denomina «religión popular china». Este término engloba una variedad de creencias y prácticas que rara vez se autoetiquetan como religiosas pero que forman parte del día a día espiritual. El Festival de los Fantasmas es un ejemplo perfecto de esta rica fusión, ya que no pertenece exclusivamente a ninguna tradición, sino que se nutre de muchas de ellas. Es una muestra espectacular de cómo lo cultural y lo espiritual están entrelazados en la vida de las personas.
Desde alimentos temáticos hasta rituales ancestrales, el Festival de los Fantasmas ofrece un vistazo al corazón de una espiritualidad única y plural. En nuestro próximo episodio profundizaremos en un tema igualmente fascinante: el ateísmo. Mientras tanto, ¿por qué no explorar JeiJoLand y aprender de manera divertida todo sobre estas y otras tradiciones culturales?