Muchos padres se encuentran en una batalla constante al momento de alimentar a sus hijos, especialmente cuando estos pequeños rebeldes desarrollan una aversión hacia ciertos utensilios como la cuchara. ¿Quién iba a pensar que la cuchara podría ser tan controvertida? Pero aquí estamos, tratando de convencer a nuestros pequeños comensales de que el puré de verduras es, en efecto, una delicia. Sin embargo, las maniobras habituales como distraer con dibujos animados o convertirnos en expertos lanzadores de aviones con la comida son atajos que, aunque salvadores en momentos difíciles, no enseñan a nuestros pequeñines a comer por sí mismos.
La habilidad de llevarse la comida a la boca es una tarea que los niños pueden y deberían aprender de manera autónoma. Los expertos sugieren que la mejor manera de fomentar un apetito variado en nuestros hijos es practicar el viejo refrán de «predicar con el ejemplo». Consumir alimentos saludables en familia y permitir que los niños experimenten con todo tipo de comidas en un entorno libre de presiones puede cambiar la batalla en la mesa a un festín compartido donde todos ganan.
Entendemos que las preferencias alimenticias varían con la edad y que la realidad es que cada niño es un mundo aparte en lo que respecta a sus gustos y disgustos culinarios. La obsesión por cumplir estrictamente con las cantidades recomendadas puede convertir la hora de la comida en una sesión de yoga mental donde los padres sufren de una ansiedad innecesaria. Olvidemos por un momento que existen esas tablas de alimentos ideales y veamos la alimentación como un proceso más relajado y natural, manteniendo la variedad como aliada y dejando de lado las luchas constantes sobre si el brócoli es enemigo o amigo en el plato.
La forma en que abordamos el tema de la alimentación puede determinar si nuestros hijos desarrollan un amor o aversión hacia ciertos alimentos en el futuro. En lugar de insistir sin descanso en que se devoren las coles de Bruselas porque «son sanas», permitamos que decidan, probando de todo un poco. Al final, prevenir resistencias o aversiones alimentarias pasa por no ser demasiado insistente y ofrecerles opciones.
Así que ¿por qué no enfocarnos en crear un ambiente agradable en la mesa, en el que comer sea una experiencia positiva y libre de prejuicios? Recordad que en JeiJoLand estamos a un clic de distancia para navegar juntos hacia la diversión en el aprendizaje, incluyendo el arte de comer bien. ¡Vamos a disfrutar del camino gastronómico con nuestros pequeños gourmets!