La tecnología y el cine se han unido en un emocionante experimento donde la inteligencia artificial ha sido la protagonista en la creación de efectos visuales dentro de un cortometraje incompleto. Herramientas como Runway y Leonardo han demostrado su habilidad para generar y editar escenas, especialmente en lo que concierne a la representación de energía y explosiones. Imagina a un Director creativo diciendo “¡Vamos a necesitar más explosiones!” y la IA respondiendo “¡Aquí tienes diez!».

El proceso implicó técnicas innovadoras como el inpainting y outpainting, que básicamente permiten sustituir objetos y expandir escenas sin necesidad de recurrir a tediosos modelados en tres dimensiones y complejas animaciones. Esto significa que aquellos días de horas interminables en el estudio de animación, tratando de domar cada píxel, podrían estar contados.

La genialidad de la inteligencia artificial no solo radica en ofrecer resultados de manera rápida y eficiente, sino también en cómo se integra dentro de la producción profesional. Sí, estamos hablando de hacer posible lo que parecía un descanso de fin de semana para los cineastas que antes apenas dormían. Para los que trabajamos en publicidad y videoclips, esta tecnología es un regalo del cielo pues se ajusta perfectamente a ciertos estándares, muchas veces logrando ahorrar tiempo y recursos.

El potencial de la IA está comenzando a perfilarse no solo como un complemento, sino también como una posible alternativa a los efectos visuales tradicionales. El futuro del cine y la creación de contenidos visuales podría ver a las máquinas colaborando con los creadores, dando lugar a nuevas formas de expresión. Vamos a ver si Spielberg empieza a perder el sueño por esto.

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