Hoy en día, hay una creencia común: los móviles nos escuchan. ¿Por qué? Porque mucha gente ha notado que, tras hablar sobre algo, poco después reciben publicidad relacionada con ese tema. ¿Casualidad? ¿O hay algo más detrás de todo esto?

Aunque parece lógico pensar que los teléfonos móviles podrían estar escuchando nuestras conversaciones, las investigaciones no respaldan esta idea. No hay evidencia de que los móviles estén constantemente captando y procesando nuestras charlas. Entonces, ¿cómo es posible que la publicidad parezca tan adivinadora? La respuesta no está en lo que decimos, sino en lo que hacemos.

Las empresas tecnológicas recopilan una cantidad impresionante de información sobre nosotros, pero no necesitan estar escuchándonos para ello. Tienen otras formas más sutiles y sofisticadas de espiarnos. ¿Cómo lo hacen? Aquí viene la parte interesante. Tu historial de navegación, los clics que haces, los me gusta que das, cuánto tiempo pasas en cada app, todo eso se recopila y se usa para crear un perfil detallado sobre ti. Además, estas empresas no solo se basan en lo que tú haces, también compran información a data brokers que obtienen datos de diversas fuentes.

Y no solo eso. También se analiza tu comportamiento de compra y otros hábitos para predecir con precisión qué te interesa. Toda esta información permite que la publicidad online funcione de manera muy efectiva, mediante subastas en tiempo real que buscan mostrarte el anuncio perfecto, justo en el momento adecuado.

El problema está en que, aunque no nos escuchen literalmente, nuestros móviles nos espían de formas más sofisticadas y mucho más invasivas de lo que imaginamos. Las políticas de privacidad son tan largas y complejas que, seamos sinceros, la mayoría de nosotros no las leemos. Esto permite que las empresas sigan recopilando datos sin que estemos del todo conscientes de cómo y por qué.

Y ojo, porque con la llegada de los asistentes virtuales con inteligencia artificial, la recopilación de datos podría ser aún más precisa. Estos asistentes interactúan directamente con los usuarios y podrían obtener una información más detallada sobre nuestros hábitos y preferencias.

En resumen, aunque tus móviles no estén escuchando todas tus conversaciones, sí están recopilando y analizando muchos otros datos sobre ti, probablemente más de los que imaginas. Y lo hacen de maneras cada vez más sofisticadas, permitiendo a las empresas saber más sobre ti que tus propios amigos.

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