Víctor comenzó a interesarse por la inteligencia artificial mientras estudiaba ingeniería en sistemas audiovisuales en la universidad. Durante su formación, descubrió las técnicas de generación de imágenes mediante redes antagónicas generativas (más conocidas como GANs) y quedó fascinado. No pasó mucho tiempo antes de que su curiosidad lo llevara a colaborar con empresas en proyectos relacionados con la IA, como el NYC Media Lab. En estas experiencias, fue tomando forma una idea clara: facilitar el acceso a herramientas de IA para artistas y creativos que, aunque quisieran beneficiarse de estas tecnologías, no tenían el tiempo ni el interés de aprender programación avanzada.
De estas inquietudes y colaboraciones surgió Krea, un proyecto destinado a desarrollar herramientas de inteligencia artificial que sean accesibles y controlables para los creativos. El objetivo de Krea es claro: permitir que los artistas puedan crear sin tener que ser expertos en código. Es una herramienta que funciona como un puente entre la tecnología avanzada y la expresión artística, buscando que la IA sea una aliada en el proceso creativo, no un obstáculo.
Víctor tiene una visión ambiciosa sobre el futuro de la creatividad y la IA. Para él, la evolución natural de estas herramientas va más allá de la simple generación de imágenes o vídeos por separado. Cree que el futuro estará en entornos tridimensionales dinámicos, donde la IA podrá generar imágenes y vídeos de forma coherente y simultánea, creando un flujo creativo más orgánico e inmersivo.
Sobre la polémica que rodea el uso de la inteligencia artificial en el arte, Víctor tiene una postura clara. El verdadero problema, dice, no está en la IA en sí, sino en cómo se manejan los derechos de autor. Comparándolo con la llegada de la cámara fotográfica, él ve la inteligencia artificial como una herramienta más, una extensión del proceso creativo que amplía las posibilidades, pero no debería reemplazar al artista ni al proceso de creación original. La IA es una herramienta, no el fin de la creatividad.
Mirando al futuro, Víctor considera que las habilidades técnicas específicas se volverán menos relevantes gracias a la IA. Lo que realmente será importante será la capacidad de tener una visión global, de conceptualizar ideas de manera efectiva y de resolver problemas. Las máquinas pueden automatizar muchas tareas, pero la creatividad humana seguirá siendo única, especialmente en la capacidad de conectar ideas y adaptar nuevas tecnologías a los procesos creativos. El reto no será dominar las herramientas tecnológicas, sino integrarlas de manera fluida en los propios flujos de trabajo.
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